El propósito de la práctica de Control de Cambios es maximizar el número de cambios exitosos de TI al:
Según ITIL® 4, el cambio se refiere a la adición, modificación o eliminación de cualquier cosa que pueda tener un efecto en los servicios.
El alcance del cambio puede incluir infraestructura, aplicaciones, documentación, procesos, relaciones con proveedores y todo lo que afecte directa o indirectamente a los servicios.
ITIL define tres tipos principales de cambio:
Los cambios estándar no requieren una nueva autorización y siguen flujos predefinidos. Los cambios normales se evalúan antes de aprobarse, y los de emergencia se autorizan rápidamente por la urgencia, aunque siempre considerando los riesgos.
Los cambios de emergencia deben implementarse tan pronto como sea posible para resolver incidentes. Aun así, deben autorizarse con cuidado por una autoridad competente. Se deben registrar, evaluar posteriormente y comunicar adecuadamente.
Todas las personas que autoricen cambios deben comprender los riesgos y beneficios esperados. A este rol se le conoce como autoridad de cambio. Es recomendable asignar cada tipo de cambio a la autoridad correcta, para asegurar agilidad sin perder control.
Las organizaciones de alta velocidad suelen usar revisión entre pares como método ágil y efectivo para cambios frecuentes y automatizados.
Una vez implementados, los cambios deben comunicarse a través del calendario de cambios. Esto permite coordinar con otras áreas como Gestión de Incidentes y Gestión de Problemas.
Ayuda a Planificar
Facilita Comunicación
Evita Conflictos
Asigna Recursos
El calendario permite comunicar los cambios planificados y preparar adecuadamente al personal de TI y negocio antes de la implementación. También ayuda a evitar interferencias entre cambios simultáneos.
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